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Sentimos a veces la espada del Remordimiento al pensar que -quizá tal vez- no deberíamos haber empujado a alguien a seguir un camino determinado...
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.Todo deviene del deseo por ayudar, pero la realidad devuelve la intención al callejón de la Ignorancia. Poco o nada hay que hacer. No debemos, no podemos, no tenemos que obligar en ningún modo a nadie a aceptar lo que nosotros damos ya por hecho.
La lluvia que nos empapa los hombros... otros prefieren mirarla desde una ventana...
No creais en nada tan solo por el hecho de que siempre haya sido así, ni porque otros crean en lo mismo, ni mucho menos porque os digan que teneis que creer... Experimentad, probad por vosotros mismos, pero no intervengais en el espíritu de nadie. Por experiencia, por error, ahora veo cómo algunos se alejan en una dirección que les acompaña al desastre, perdida la voluntad, desaparecida la tenacidad... El Equilibrio se rompe brevemente, no necesita hacerlo por más tiempo que el extrictamente necesario, y cuando lo hace... la Confusión ensombrece el espíritu.
Hay que remar, hay que querer llegar...
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