Y tierra entre mis uñas,
y flores en mi pelo...
Y la mañana entrando por esta ventana, elevando el aliento de la madera fresca y suave...
Sueño que sueño y despierto en vosotros cada vez.
Y si en algún momento veis que acaso flaqueo, prometed en sagrado pacto que mi sangre regará el alma de este irrepetible momento.
¡Estoy vivo! ¡Estoy despierto!
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